Mediante esta tomografía se realiza la planificación del tratamiento (es lo que antes se denominaba Simulación)
El médico radioterapeuta y el técnico definirán el área a tratar, y se realizará una tomografía, similar a las realizadas para diagnóstico, pero con algunos accesorios especiales, que luego se utilizarán durante el tratamiento: máscaras de fijación para cabeza y cuello, rampa inclinada para mama, elevadores de piernas, colchonetas inflables, etc.
Luego de realizar la tomografía, se realizarán algunas marcas en la piel del paciente (tatuajes), que luego en el equipo de tratamiento, mediante un sistema de láser, nos permitirá reproducir en forma exacta la localización de la zona a tratar.
Las imágenes obtenidas por tomografía se cargan en una computadora, y se fusionan con otras imágenes previas del paciente (RMN, PET, TAC) que permiten una mayor definición de imagen. Mediante un sofisticado programa de planificación, el médico delineará en cada corte de esta TAC, la zona a tratar (tumor o lecho quirúrgico con su drenaje linfático) y todas las estructuras vecinas (órganos sanos) que no deben recibir una dosis excesiva de radiación para evitar toxicidad severa a largo plazo.
Una vez completado el proceso de marcación del médico, el plan pasa a los físicos, que llevarán a cabo la planificación del tratamiento, cuyo objetivo es cumplir la premisa fundamental de la radioterapia: dar la dosis óptima al volumen blanco, con la menor dosis posible a los tejidos sanos.
Una vez finalizada la planificación, médico y físico evalúan el plan de tratamiento, y una vez que consideran satisfactorios todos los parámetros, se aprueba el plan.
Leave A Comment